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Foto del escritorClaudia Navarro Corona

Hagamos que lactancia y liderazgo educativo funcionen

Actualizado: 5 ago 2023

Un escrito personal en la Semana Mundial de la Lactancia Materna 2023



Amamantar es una verdadera chi(ng)a


¡Nada importaba! Cualquier esfuerzo que yo hiciese, era en vano: sin importar cuanto la evitara, siempre la encontraba en el pasillo. Ella siempre tenía una premonición oscura, un comentario nefasto, una visión catastrófica. Tan solo escuchar su voz me acortaba los telómeros. Me ponía mal. Me ponía mal ella y me ponía mal mi propio esfuerzo para ocultarle que me ponía mal.


De la última vez que la vi, harán ya unos cuatro años. Cargaba yo con un vientre de siete meses; y entonces me lanzó la última de sus estocadas; me dijo: “Tener un hijo es lo peor que te puede pasar; es agotador, amamantar es una verdadera chi(ng)a para la mujer. Hay matrimonios que se divorcian después de tener el primer hijo…”.


¡Me quedé pasmada! casi inerte por la profecía y por la duda de si todo aquello se originaba en la maldad o en la idiotez. Sin concluir nada regresé a mi escritorio. Acomodé el peso de mis 28 semanas grávidas en la silla de rueditas y abrí el correo electrónico. Con muchas palabras más, uno de los correos decía algo parecido a esto:


El primer caso de COVID ha llegado al estado… para resguardar la salud de nuestro personal se suspenderán actividades adelantando el receso de Semana Santa.

Sin dimensionar qué representaba tener un primer caso, sentí como si un resorte expulsara alegremente todo mi peso de la silla. Pensé: "receso vacacional; luego, al regresar, unos días más de sus venenos, y después mi permiso por maternidad". Nada podría estar mal.


No me despedí de ella, solo salí de ahí. Lo que venía, ni ella pudo predecirlo.


Disculpen, mi bebé necesita comer


Mi hija nació en medio de la pandemia; no hubo fotos de estudio de new born, ni fiestas de ya llegué. ¡Qué digo fiestas!, no tuvo visitas en el hospital y tampoco las hubo en casa. Dado que no estábamos en nuestra ciudad natal, no vinieron abuelos, ni tíos, ni amigos. Solo estuvimos nosotros tres. Lo que si hubo fue leche; ¡leche a montones!


lactancia
#SMLM

Cuando llegó mi momento de regresar al trabajo nos encontrábamos ya en aislamiento y ella tenía mes y medio de edad. Cada vuelta de la manecilla del reloj lloraba para comer. Si estaba en reunión apagaba mi cámara para lactarla. Me sentaba en la cama con un enorme cojín de lactancia. Sostenía a una bebé hambrienta con mis brazos y una computadora portátil con mis piernas. Tarareaba canciones de cuna mientras escuchaba a otros compañero directores reportar indicadores de nuevas inscripciones y resultados estudiantiles.


Pese a los continuos debates entre profesores de si tener la cámara apagada en las reuniones era una falta de respeto o no; mis compañeros toleraron mi síndrome de “cámara apagada”. Sabían que detrás de esa fotografía de una cara sonriente había un par de pechos al aire con una bebé prendida que succionaba vorazmente a libre demanda.


30 minutos para alimentar a mi bebé en el lugar que la empresa designe


La primera semana de agosto, cada año se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna. Bajo el lema “¡Hagamos que la lactancia materna y el trabajo funcionen!”, la SMLM, busca crear conciencia y estimular acciones para promoverla (OPS, 2022).


Aunque existe un cúmulo de evidencias sobre los beneficios de la lactancia tanto a la salud del niño como de la madre (incluidos la disminución del riesgo de depresión postparto y el cáncer de ovario); existen marcadas barreras de origen social, institucional y en las políticas de trabajo que dificultan que las mujeres sostengan la lactancia por los periodos recomendados: seis meses de forma exclusiva y hasta los dos años con alimentación complementaria (González de Cosío-Hernández y otros, 2017; González-Castell y otros, 2020).


México tiene una de las políticas más restrictivas en este tema en América Latina. Para quienes no son mexicanos les sorprenderá saber que las madres mexicanas contamos tan solo con seis semanas previas a la fecha estimada del parto y seis semanas después, antes del regresar al trabajo. Esto implica que, en la regularidad de las circunstancias, aproximadamente a los 42 días de nacido el bebé debe ser entregado a un cuidador para que la madre pueda regresar a sus actividades laborales. Tenemos la posibilidad de transferir hasta cuatro semanas previas al periodo posterior del parto; sin embargo, esto debe ser aprobado por el médico del IMSS, el instituto público de salud, que en muchos lugares se convierte en un dios todo poderoso que puede negarte la trasferencia.


Los hombres gozan de cinco días laborables; por lo que algunas instituciones consideran el sábado dentro de esta cuenta, aunque regularmente no se trabajen en este día..


La Ley Federal del Trabajo mexicana señala que, luego de esto, por un periodo de seis meses, las madres podemos disponer de dos reposos de 30 minutos para alimentar al bebé “en un lugar adecuado e higiénico que designe la empresa; o bien, cuando esto no sea posible, previo acuerdo con el patrón se reducirá́ en una hora su jornada de trabajo durante el período señalado” (A. 170, f. IV).


Recuerdo la rutina de lactancia impuesta por nuestros propios cuerpos: el de mi bebé que exigía alimento cada hora, y después cada tres; y del mío, que requería ayuda para ser vaciado. Escribí nuestra rutina de lactancia en un diario:


El ciclo sin fin o Hakunamatata
La amamanto con un pecho; luego, la amamanto con el otro. Si se ve incomoda tengo que sacarle el airecito dándole golpecitos en la espalda. Podemos estar así 15 minutos. Ya que sale, está lista para descansar. Es un ángel. La arrullo para que duerma. Luego viene la parte aburrida: tengo que extraer la leche que me ha quedado. Las obstrucciones son dolorosas, ¡no quiero pensar lo que será una mastitis! Luego hay que guardar la leche en envases estériles y por último, lavar el extractor. Me acerco a la cama, la veo descansar tranquila y me dispongo a trabajar en lo mío de nuevo o a dormir, si es de noche. A penas toco la silla o la cama, cuando despierta nuevamente con hambre y hay que iniciar todo de nuevo.

Esta rutina duraba entre 40 y 60 minutos. Mientras lo transcribo imagino a las madres de gemelos o las madres que deciden extender su lactancia hasta los dos años, como yo lo hice; o las madres que deciden amamantar en tándem porque el hijo mayor es aún muy pequeño. No tienen apoyo de la ley laboral.


Con esta descripción resalto que la reglamentación referida a la lactancia no se apega ni a las necedades de alimentación del bebé, ni a las necesidades de la rutina de la madre, en este periodo tan importante del desarrollo humano y de la construcción de la familia.


Los tiempos de traslado que exigen las zonas urbanas hacen improcedente que la madre o el bebé se muevan de un lado a otro para llevar a cabo la lactancia. Llevar al bebé al lugar de trabajo conlleva logísticas familiares difíciles de operar. Acumular el tiempo para salir una hora antes, tampoco resuelve las necesidades de alimentación del infante. Se requiere una revisión de la Ley Federal del Trabajo.


Quiero comentar la reglamentación de Chile, en donde la Ley No. 20.545 permite a las mujeres optar por distintas modalidades: 24 semanas de descanso completo, 12 semanas de descanso completo para las madres y, a continuación, 18 semanas media jornada (con ajustes salariales) o, 12 semanas completas y 12 semanas a traspasar al padre (Chile atiende, 20230).


Ojalá un liderazgo educativo prolactancia


La visión oscura de mi colega, posiblemente no se debía ni a su maldad ni a su idiotez. Ahora creo que se originaba en una honesta frustración sobre las piedras que hay que remover en el camino para poder alimentar a una nueva vida. Las criticas sociales, los prejuicios sobre el tema, las parejas poco sensibles a este tema, el desconocimiento de muchas mujeres sobre la lactancia y su ciclo, las leyes de trabajo ineficaces y las políticas laborales son enormes rocas que las mujeres no podemos mover solar.


Trabajar en casa me permitió alimentar a mi bebé a libre demanda, cada hora o como ella lo necesitara; la flexibilidad de mis compañeros me ayudó a estar presente y continuar ofreciendo mi talento a la empresa; y el aislamiento que vivi como medida de prevención de la pandemia, me permitió mantenerme a salvo, no solo del COVID, sino también de las críticas sociales respecto a amamantar hasta los dos años.


Ahora bien, ¿qué podrían hacer los líderes educativos en sus instituciones?


Lo principal es promover políticas que posibiliten a las mujeres equilibrar la lactancia y el trabajo; no obstante, mientras se recorre este largo camino, hay algunas paradas más sencillas en las que los líderes educativos pueden depositar sus acciones prolactancia:


  1. Ofrecer flexibilidad en las actividades y horarios. Las necesidades de alimentación del bebé no se apegan a un horario impuesto ni por la madre, ni por la empresa, ni por la Ley Federal del Trabajo; son inesperados e intempestivos, por lo que la madre requiere flexibilidad para seguir mostrando su talento.

  2. Establecer con la colaboradora o profesora objetivos claros de logro, conforme sus tareas y responsabilidades lo posibiliten, en lugar de evaluar con base en la puntualidad, la asistencia o el tiempo acumulado que dificulte que la lactancia se establezca adecuadamente.

  3. Autorizar el teletrabajo que posibilite a la mujer acompañar a sus hijos durante la primera etapa de su vida y sembrar mejores bases para la sociedad.

  4. Considerar a las mujeres en las decisiones que las involucren, y no solo ejecutar lo que la empresa determine. Nada sobre nosotras, sin nosotras.

  5. Promover y dejar a un lado los prejuicios sobre la lactancia después de los seis meses. La Organización Mundial de la Salud, recomienda la lactancia exclusiva y a libre demanda durante los primeros seis meses y luego de esto, con alimentación complementaria hasta los dos años.


Te invito a compartir este artículo con líderes educativos que lo necesiten y con mujeres profesionales de la educación.


¿Deseas más información? Te recomiendo los siguientes sitios.



Las referencias de este texto


  • Chile Atiende (2023) Postnatal. https://www.chileatiende.gob.cl/fichas/8647-postnatal#:~:text=24%20semanas%20de%20descanso%20completo,continuación%2C%2018%20semanas%20media%20jornada.

  • González de Cosío-Martínez, T.; Hernández-Cordero, S.; Rivera-Dommarco, J. & Hernández-Ávila, J. (2017). Recomendaciones para una política nacional de promoción de la lactancia materna en México: postura de la Academia Nacional de Medicina Salud pública México 59(1) https://doi.org/10.21149/8102

  • González-Castell LD, Unar-Munguía M, Quezada-Sánchez AD, et al. Situación de las prácticas de lactancia materna y alimentación complementaria en México: resultados de la Ensanut 2018-19. salud publica mex. 2020;62(6):704-713.https://www.medigraphic.com/pdfs/salpubmex/sal-2020/sal206k.pdf

  • Ley Federal del Trabajo (2015) Diario Oficial de la Federación.

  • OPS (2023) Semana Mundial de la LactanciaMAterna. https://www.paho.org/es/semana-mundial-lactancia-materna

  • OPS (2023). Semana Mundial de la Lactancia Materna 2023: Hagamos que la lactancia y el trabajo funcionen. https://www.paho.org/es/campanas/semana-mundial-lactancia-materna-2023-hagamos-que-lactancia-trabajo-funcionen#:~:text=Las%20mujeres%20no%20deber%C3%ADan%20tener,socios%20de%20la%20sociedad%20civil.




1 comentario

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Federico Ortega
Federico Ortega
Aug 04, 2023
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¡Excelente relato! La invito a que mande una propuesta de Ley a la cámara de diputados o senadores, es curioso pero poca gente lo intenta, yo he mandado y si han tomado elementos de mis propuestas, si lo hace yo también la secundaría. 😉

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